Me he levantado y como todas las mañanas he puesto la televisión para ver las noticias, mientras hacía zapping no he podido evitar pararme a leer el titulo esta noticia: “Condenada a estar dos años y medio sin ver a su hija por darle dos bofetadas”.
La niña de ocho años tenía un rendimiento escolar muy bajo y al llegar a casa con notas muy malas, su madre le dio dos cachetes y le puso un castigo. Fue acusada de malos tratos, siendo según dice ella:” una madre muy permisiva” sin haber un parte de lesiones ni sin antecedentes.
Me empiezo a plantear que a medida que pasan los años, la sociedad está empeorando, pues antiguamente tu padre te daba un “cachete” para que aprendieras y no pasaba nada, sin embargo en la actualidad el realizar esta acción supone un maltrato físico y psicológico al niño. No soy una persona que este a favor de utilizar la acción física como medida para corregir una conducta que vemos mala en el niño, pienso que el castigo tiene que ser la última opción, pero una cosa es aplicar la violencia con la intención de hacer daño y otra muy distinta como he dicho anteriormente, dar un cachete utilizándolo éste como medida correctora. Creo que este caso no fue visto atentamente, pues no todas las situaciones son iguales. Podemos saber en que caso hay maltrato físico y cuando no lo hay.
Finalmente, tras dos años y medio la madre tiene un punto de encuentro con su hija cada quince días en los que la niña le pide que quiere verla más y poder estar con ella. El mayor castigo que ha podido darse en esta situación es la separación durante dos años entre madre e hija, un tiempo que ya está perdido.
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