sábado, 28 de mayo de 2011

¿Cuánto cuestan los estudios de los hijos?

Desde que el niño entra por primera vez en la guardería hasta que termina de graduarse en la universidad o grado formativo,se gastan unos 20.000 euros. Entre clases lectivas, comedor, trasporte y actividades extraescolares.

Una familia gasta por niño o niña una media de 1000 euros al año, y la cifra sube o baja dependiendo de sí su hijo estudia en un colegio:

. Público: que serán unos 700 euros anuales.
. Concertado: 1500 euros al año.
. Privado: 2800 euros al año.

Es curioso saber que los primeros años de educación son un poco más caros que la universidad, esto se debe a que tan sólo un 34 % de los niños entre 0 y 2 años logra obtener una plaza en el sistema público por lo que el resto de los padres se ven obligados a pagar más por guarderías concertadas o privadas. Recordemos que la educación infantil se divide en dos ciclos; el primero que corresponde a la etapa comprendida desde el nacimiento hasta los 3 años, la cual se da en los CAI y la segunda etapa que corresponde a las edades entre 3 y 6 años.  

Actualmente. con todos lo que está pasando en nuestro país y con la crisis, la situación en las universidades está cambiando, a peor. Las tasas universitarias subirán hasta un 25%, es decir, que pagaremos unos 600 euros más sí queremos seguir estudiando. 

Si los niños fuesen conscientes de lo que supone a los padres que éstos tengan una buena educación, hasta el más vago haría un esfuerzo y cambiaría su actitud. 
  


Fuentes: Revista Muy interesante 

lunes, 9 de mayo de 2011

La escuela inclusiva

En educación, inclusión significa respetar el derecho de los niños y las niñas a crecer y a recibir una educación de buena calidad en entornos de igualdad y diversidad.
Una diversidad que puede deberse a las diversas culturas del alumnado, a sus distintas capacidades o necesidades, a sus diversos patrones de comportamiento o a sus variados estilos de aprendizaje.
Desde la perspectiva de la escuela, poner en práctica estos principios que quieren una educación para todos y todos juntos, suponer revisar lo que se hemos hecho hasta ahora y cómo se ha hecho. Una escuela que habre sus puertas a todos los niños, facilitándoles la participación y el aprendizaje.

La UNESCO destaca que:
“La experiencia de muchos países demuestra que la integración de los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales se consigue de forma eficaz en escuelas integradoras para todos los niños de la comunidad. Las escuelas integradoras representan un marco favorable para lograr la igualdad de oportunidades y la completa participación, pero para que tengan éxito es necesario realizar un esfuerzo común, no solo de toda la escuela, sino también de los compañeros, padres, familias y voluntarios.”

La inclusión supone la acomodación de diversos alumnos con necesidades especiales a los distintos entornos. Implica comprenderlos, escucharlos y responder a sus necesidades, intereses, características y potencialidades, sin llegar a involucrarse en discriminación hacía ningún alumno.

Se puede entender como un objetivo a largo plazo que marca la dirección del proceso de cambio escolar.
Construyendo una comunidad en la que:
*      Todo el mundo merece sentirse acogido.
*      Tanto los estudiantes como los profesores se ayudan y colaboran entre ellos.
*      Se tratan con respeto.
*      Debe existir una colaboración entre el profesorado y las familias.
*      Todas las instituciones de la comunidad escolar deben estar involucradas
Y se deben establecer unos valores inclusivos:
*      Se tienen expectativas altas de todos los alumnos.
*      Todos comparten una filosofía de inclusión.
*      Todos los alumnos son igual de importante.
*      Se eliminan las barreras del aprendizaje.
*      A todos se les trata como personas y como poseedores de un rol.
Pero no todo es tan fácil, pues existen obstáculos hacía esta educación inclusiva tales como que los centros educativos no pueden transformarse de un día para otro y adoptar un conjunto de nuevas prácticas que pueden suponer un cambio radical a las formas tradicionales y selectivas de las que históricamente proviene nuestro sistema educativo. Por ejemplo, La UNESCO afirma que “ la exclusión no es una consecuencia del grado de discapacidad de un individuo, sino de un obstáculo a la participación levantado por la sociedad”.

Si bien es cierto, nuestra sociedad cambia y con ella la educación tanto para bien como para mal. Tenemos que tener en cuenta que hemos pasado de una educación en la que el alumno sólo escuchaba al profesor a otra en la que existe un aprendizaje significativo en la que el alumno debe participar para poder tener una mejor formación.
Una cosa si esta clara, y es que el futuro de nuestra educación está en nuestras manos.


Fuentes: Desarrollo de escuelas inclusivas. Ainscow, M
Transformar la enseñanza. Tharp, R

lunes, 2 de mayo de 2011

Bofetada: ¿medida correctora o maltrato físico?


Me he levantado y como todas las mañanas he puesto la televisión para ver las noticias, mientras hacía zapping no he podido evitar pararme a leer el titulo esta noticia: “Condenada a estar dos años y medio sin ver a su hija por darle dos bofetadas”.
La niña de ocho años tenía un rendimiento escolar muy bajo y al llegar a casa con notas muy malas, su madre le dio dos cachetes y le puso un castigo. Fue acusada de malos tratos, siendo según dice ella:” una madre muy permisiva” sin haber un parte de lesiones ni sin antecedentes.
Me empiezo a plantear que a medida que pasan los años, la sociedad está empeorando, pues antiguamente tu padre te daba un “cachete” para que aprendieras y no pasaba nada, sin embargo en la actualidad el realizar esta acción supone un maltrato físico y psicológico al niño. No soy una persona que este a favor de utilizar la acción física como medida para corregir una conducta que vemos mala en el niño, pienso que el castigo tiene que ser la última opción, pero una cosa es aplicar la violencia con la intención de hacer daño y otra muy distinta como he dicho anteriormente, dar un cachete utilizándolo éste como medida correctora.  Creo que este caso no fue visto atentamente, pues no todas las situaciones son iguales. Podemos saber en que caso hay maltrato físico y cuando no lo hay.

Finalmente, tras dos años y medio la madre tiene un punto de encuentro con su hija cada quince días en los que la niña le pide que quiere verla más y poder estar con ella. El mayor castigo que ha podido darse en esta situación es la separación durante dos años entre madre e hija, un tiempo que ya está perdido.