En educación, inclusión significa respetar el derecho de los niños y las niñas a crecer y a recibir una educación de buena calidad en entornos de igualdad y diversidad.
Una diversidad que puede deberse a las diversas culturas del alumnado, a sus distintas capacidades o necesidades, a sus diversos patrones de comportamiento o a sus variados estilos de aprendizaje.
Desde la perspectiva de la escuela, poner en práctica estos principios que quieren una educación para todos y todos juntos, suponer revisar lo que se hemos hecho hasta ahora y cómo se ha hecho. Una escuela que habre sus puertas a todos los niños, facilitándoles la participación y el aprendizaje.
La UNESCO destaca que: “La experiencia de muchos países demuestra que la integración de los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales se consigue de forma eficaz en escuelas integradoras para todos los niños de la comunidad. Las escuelas integradoras representan un marco favorable para lograr la igualdad de oportunidades y la completa participación, pero para que tengan éxito es necesario realizar un esfuerzo común, no solo de toda la escuela, sino también de los compañeros, padres, familias y voluntarios.”
La inclusión supone la acomodación de diversos alumnos con necesidades especiales a los distintos entornos. Implica comprenderlos, escucharlos y responder a sus necesidades, intereses, características y potencialidades, sin llegar a involucrarse en discriminación hacía ningún alumno.
Se puede entender como un objetivo a largo plazo que marca la dirección del proceso de cambio escolar.
Construyendo una comunidad en la que:
Todo el mundo merece sentirse acogido. Tanto los estudiantes como los profesores se ayudan y colaboran entre ellos. Se tratan con respeto. Debe existir una colaboración entre el profesorado y las familias. Todas las instituciones de la comunidad escolar deben estar involucradas Y se deben establecer unos valores inclusivos:
Se tienen expectativas altas de todos los alumnos. Todos comparten una filosofía de inclusión. Todos los alumnos son igual de importante. Se eliminan las barreras del aprendizaje. A todos se les trata como personas y como poseedores de un rol. Pero no todo es tan fácil, pues existen obstáculos hacía esta educación inclusiva tales como que los centros educativos no pueden transformarse de un día para otro y adoptar un conjunto de nuevas prácticas que pueden suponer un cambio radical a las formas tradicionales y selectivas de las que históricamente proviene nuestro sistema educativo. Por ejemplo, La UNESCO afirma que “ la exclusión no es una consecuencia del grado de discapacidad de un individuo, sino de un obstáculo a la participación levantado por la sociedad”.
Si bien es cierto, nuestra sociedad cambia y con ella la educación tanto para bien como para mal. Tenemos que tener en cuenta que hemos pasado de una educación en la que el alumno sólo escuchaba al profesor a otra en la que existe un aprendizaje significativo en la que el alumno debe participar para poder tener una mejor formación.
Una cosa si esta clara, y es que el futuro de nuestra educación está en nuestras manos.
Fuentes: Desarrollo de escuelas inclusivas. Ainscow, M
Transformar la enseñanza. Tharp, R